Estancia La Josefina: Encuentro Íntimo con la Patagonia remota

Estancia La Josefina: Encuentro Íntimo con la Patagonia remota

Enclavada en la inmensidad de la Patagonia Austral, la Estancia La Josefina propone una experiencia que trasciende lo común y permite conectar con la esencia misma de la naturaleza.

De los pocos lugares en el mundo que solo se accede a pie o en lancha. Desde la ruta 40, se recorren más de 100 km de ripio para luego bordear el lago binacional San Martín – O’Higgins. Cuando uno cree que llegó es cuando comienza la auténtica experiencia patagónica. En 4×4 primero y luego a pie o en lancha, se llega al viejo casco de la estancia.

Su ubicación hace a La Josefina un lugar especial: lejos de la civilización, a orillas del Lago San Martin, de mucho carácter, rodeado de cordillera con sus picos nevados y glaciares. Al llegar se siente un caluroso abrazo de soledad e inmensidad. Verdadera desconexión de la vida urbana que permite recargar baterías reconectándose con lo natural, viviendo en armonía con la naturaleza.

Cóndores y pumas observan desde las alturas, mientras cientos de aves y la posibilidad de pesca de trucha enriquecen la experiencia. Los rastros del huemul indican su presencia en la región, mientras La Josefina se transforma de una estancia ganadera a una productora de naturaleza.

El antiguo casco de la estancia se transformó una base operativa al servicio de los huéspedes, que se alojan en domos. En búsqueda de la autosuficiencia y el cuidado del medio ambiente, se logró implementar la política de basura cero: todo se recicla, y se genera energía solar y eólica, se calienta el agua con termotanques solares, se restaura y construye utilizando como aislantes los plásticos y botellas. La huerta asegura la verdura fresca, las gallinas los huevos, la arcilla del lugar, se transforma en paredes, horno de barro, y hasta en cuencos para servir los sabrosos platos que llegan a la mesa, recetas bien de campo.

“Nos esforzamos por hacer que cada huésped se sienta como en casa y que se lleve consigo un pedacito de la Patagonia en su corazón.”, comenta Jaime Smart, quien junto con su familia ha convertido este rincón remoto en un refugio de serenidad y aventura. “Abrimos nuestra casa a todo aquel que desee una experiencia que trascienda lo común en la naturaleza. Yo vivo aquí la mayor parte del año, la hospitalidad es un modo de vida. Celebramos ocasiones especiales, como navidad y año nuevo, junto a nuestros huéspedes, compartiendo cenas y vivencias.”

“En cuanto a actividades, ofrecemos desde trekking por bosques y lagunas, hasta pesca de trucha y cabalgatas. Cada experiencia está diseñada para conectar a los visitantes con la naturaleza y la cultura patagónica”, cuenta Jaime. Las actividades incluyen también navegaciones por el lago San Martin de aguas turquesasavistajes de aves, kayak y clases de cocina, adaptándose siempre al clima y al grupo. Los picnics y almuerzos al aire libre son una parte esencial de la experiencia.

El llegar es parte de la experiencia.

La Josefina se encuentra en el corazón de la Cordillera de los Andes, en la inmensidad de la Patagonia Austral, sobre el Brazo Oriental Norte del lago San Martín, limite natural con Chile. A 290 km de El Calafate. 

Antes de viajar, se recomienda consultar el estado del camino y contar con un vehículo adecuado. También es fundamental venir con la mente abierta y dispuestos a desconectar del mundo moderno. 

Las distancias aquí se miden en horas, son unas 4-5 h de viaje desde El Calafate hasta el embarcadero donde comienza el tramo final para llegar al casco de la estancia: por una senda de 14 km (6 h), o una navegación, que según el humor del lago y del viento puede durar entre 30 minutos a una hora.

Es lejos, no hay duda de ello. Su lejanía es uno de sus grandes encantos.

Se llega a la localidad de Tres Lagos por la ruta 40. Allí termina el pavimento, y se aprovecha para cargar nafta. Se sigue rumbo al oeste por la ruta provincial 31 de ripio. Allí comienza un viaje al pasado, imaginando quienes llegaron primero a este paisaje, a principio del siglo XIX, e hicieron de esta inmensidad, su lugar. Un árbol, como una bandera, interrumpe el horizonte, y demarca donde funciono una vez un boliche. Cóndores, guanacos, choiques, flamencos, entre otros, se encargarán de dar la bienvenida al imponente lago San Martín.

Se van atravesando antiguos cascos de estancias, y en solo 3 horas la quietud y la monotonía del gran valle glaciario recubierto de coirones se convierte en cordillera, con sus bosques y un lago muy atractivo, por la cantidad de islas, islotes, brazos y su agua turquesa. Un lago que fue bautizado por el Perito Moreno y muchos de sus topónimos hacen referencias a grandes batallas del General San Martin: Maipú, Cancha Rayada, entre otras.

La vera del rio Fósil es el punto de encuentro de quienes llegan en 4×4 con el equipo de La Josefina para comenzar la experiencia liderados por amantes de la Patagonia autentica que hicieron con pasión, posible esta aventura.

Es un viaje que no se debe encarar pensando en llegar; se lo debe disfrutar, respetando los tiempos, que son parte de la experiencia.

Comienza la Experiencia La Josefina

Se vadea el río Fósil y la huella continúa hasta llegar a un puerto natural, donde una lancha espera para llevarse el equipaje. Mientras el guía acompaña la caminata de 6 horas, se sigue un faldeo con vistas al lago, las cumbres y las nieves eternas. Si se prefiere, se puede ingresar navegando. En la camioneta quedará todo el equipaje que no será necesario durante la estadía.

La bienvenida al casco está a cargo de bandadas de cauquenes y bandurrias. Desde este momento, cada experiencia es única e irrepetible. Cada visitante contará su propia vivencia.

La estancia ofrece un programa completo de 4 noches y 5 días, disponible cada jueves de octubre a abril, que incluye traslados desde y hasta El Calafate, comidas y actividades programadas. También es posible programar estadías de 2 o más noches, en los días de conveniencia, en los cuales los huespedes pueden llegar por sus propios medios al inicio del sendero o de la navegación. A pedido, se puede coordinar el traslado desde El Calafate, El Chaltén o Tres Lagos.

Las Instalaciones

La estancia cuenta con cuatro domos equipados con agua caliente, calefacción a leña y camas confortables. Las comidas se sirven en un domo que también funciona como comedor y sala de estar, ofreciendo vistas panorámicas del lago, montañas y glaciares. La capacidad máxima es de 16 visitantes.

“Los domos están diseñados para ofrecer comodidad y sostenibilidad. Los visitantes pueden disfrutar de todas las comodidades necesarias, como agua caliente y calefacción a leña, en un entorno que respeta y protege el medio ambiente.”, explica Jaime.

vivirviajando