TANDIL, UNA DE LAS CIUDADES ELEGIDAS PARA VIVIR EL FIN DE SEMANA LARGO
Viajar no es sólo visitar los sitios icónicos de un destino, caminar, comprar algún
recuerdo. Ese estilo de viajes está quedando atrás. Ahora se buscan las experiencias
de vivir como un local, conocer los secretos de un barrio, recorrer las calles más
secretas, visitar sitios que salen del itinerario habitual.
Tandil ofrece eso y mucho más. Pero sobre todo es una explosión de sabores de la
gastronomía italiana y española, con la impronta serrana y bonaerense. Salames y
quesos ya tienen su recorrido propio en el país y el mundo, pero hoy existe una gran
cantidad de productores grandes y pequeños que fabrican productos de alta calidad
relacionados con tés, dulces, encurtidos, chacinados gourmet, frutas y verduras
orgánicas, derivados de la leche de oveja y cabra. Esos mismos ingredientes que se
utilizan en bares y restaurantes para ofrecer una variedad de opciones que invita a
no saltearse ninguna de las comidas del día.
Desde la clásica cantina con milanesas y bife de chorizo completo con huevos y
papas fritas, hasta una barra de sushi de varios pasos, almorzar y cenar en la ciudad
es un tour imperdible. Hay restaurantes dedicados a descubrir las distintas
variedades del arroz, hasta las infinitas combinaciones para una picada familiar, sin
descartar espacios veganos, pastas o locales de comidas rápidas o cafés de
especialidad así como fábricas de cerveza artesanal.
Está el circuito de restaurantes alrededor del Lago, frente a la Plaza Independencia,
la zona de El Centinela, pero la oferta gastronómica se ha ampliado más allá del
centro e incluso en todos los íconos de la ciudad hay propuestas para todos los
gustos.
Lo cierto es que Tandil va desarrollando su propuesta de turismo más allá de las
aventuras y paseos al aire libre que se proponen en las etapas más cálidas del año.
El otoño de Tandil es una invitación a descubrir esas ricas comidas que abundaban
en las recetas de la abuela, es una convocatoria de disfrutar de aromas y colores que
despiertan los sentidos, aprovechar la calidez de un spa, los extensos paisajes vistos
desde una ventana al calor de la chimenea.
Tandil es una propuesta que excede siempre las expectativas. Es cuestión de llegar,
estar dispuesto y descubrirla con la curiosidad del viajero moderno.
A la hora del té
La merienda es una antigua costumbre que aún se conserva en Tandil, en especial
en los pequeños pueblos donde diversos emprendimientos de Turismo Rural Tandil,
agrupados en el marco del programa Cambio Rural, organizan ciclos que denominan Tardes de té y sabores rurales, con invitados del grupo de Productores Alimentos
Regionales Tandil, también acompañados por Cambio Rural.
El primer ciclo comienza el 4 de junio en Vela, Gardey, Fulton, El Solcito, Cuatro
Esquinas y De la Canal y el objetivo es, además del encuentro, deleitarse y aprender
sobre el té, los pueblos y la producción local. Lejos de la rutina y los ruidos de la
ciudad, el campo invita a bajar el ritmo, despertar los sentidos, reconocer aromas,
colores y sonidos, conectar con historias de padres y abuelos o la propia infancia.
Con yuyitos, con flores, con leche, con miel, digestivos, estimulantes, típicos o
exóticos, las opciones para combinar la Camellia Sinensis (denominación científica
de la planta del té) con otros productos son tantas como los bocados dulces y
salados con que se acompaña cada taza.
@turismoruraltandil