Tras los pasos del gaucho Correntino
Con el otoño, las lluvias dieron fin a la gran sequía de este verano y comenzó una hermosa época para disfrutar de las extensiones de los campos de la Mesopotamia a caballo.
La Estancia San Agustín se encuentra sobre la Ruta Nacional 14, enmarcada por el río Miriñay, que nace en la Laguna Ibera y el arroyo Curuzú Cuatiá.
En ella se crían caballos criollos, amansados en el lugar, con una doma tranquila y sin violencia. Tropillas de diferentes pelajes van rotando para los trabajos de campo y paseos, de modo que todos tienen su tiempo de descanso.
De marzo a noviembre es la temporada de cabalgatas. Los primeros jueves de cada mes se organiza una larga cabalgata “de puesto en puesto”. ¡Un programa ideal para quien le guste andar a caballo y galopar!
En el km 438 está la tranquera de ingreso a San Agustín. Por un camino de ripio de 4 km, se llega a la casa principal donde esperan los anfitriones y el guía baqueano, todos ellos lugareños que reciben a los visitantes con la cordialidad y hospitalidad típica Correntina. Un equipo joven de la zona, que descubrió su vocación de servicio con la apertura de la estancia. Tras acomodarse en las habitaciones el guía explica el programa de los días venideros y hacen la prueba de las “calchas” (aperos del caballo típicos de corrientes) y una cabalgata corta para ir conociendo el caballo y el paisaje. Al regresar al casco espera lista la cena, tiempo de relajar y disfrutar de las comodidades de la casa.
Al día siguiente, hay planificadas cabalgatas por la mañana y por la tarde, para conocer los diferentes ecosistemas del campo como bañados, pastizales, lagunas y lomadas, se observan carpinchos, chajás, ñandúes, ciervos, horneros, cardenales y una gran variedad de fauna característica de la región. Por momentos los cabalgantes pueden unirse a los gauchos en los trabajos con la hacienda.
El tercer día, luego de un desayuno bien correntino y ya empilchados, parte la cabalgata al tranco hacia los campos más lejanos. El almuerzo es en el “Puesto Tacurú”, y después de un descanso se continúa cabalgando hasta la hora del atardecer, llegando a un puesto bien antiguo llamado “Puesto de Piedra” a orillas del río Miriñay, donde se pasa la noche bajo un magnífico cielo estrellado acompañado de un fogón.
Al día siguiente se regresa a la estancia. En el camino se conoce una pequeña represa que se utiliza para riego. Otro paisaje, otro camino. Por momentos se disfruta de la cadencia del paso, de caballos bien domados, despiertos y de buen tranco, y en otros momentos, cuando el terreno lo permite, se disfruta del galope suave del caballo criollo.
El programa de “Cabalgata de Puesto en Puesto” incluye dos noches en el casco de la estancia y una noche en el puesto, con todas las comidas. Es una cabalgata apta solo para jinetes con experiencia, que hayan hecho jornadas largas a caballo y al galope.
Una alternativa diferente es pasar unos días en la casa principal de la Estancia, con un alojamiento que incluye pensión completa, cena, desayuno, almuerzo y actividades.
Además de cabalgatas cortas, se ofrecen salidas en kayak, senderos, bicicletas y participación en las diferentes tareas rurales que se hacen en la estancia, como la cría de ganado bovino, ovino, producción de arroz y eucalipto, entre otras producciones que son muy interesantes de conocer.
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